Se recomienda seguir una dieta mediterránea con suplementos de frutos secos y aceite de oliva virgen para reducir el riesgo de ictus
Extracto de la actualización de las recomendaciones de la Sociedad Española de Neurología relativas a la actuación sobre los hábitos de vida para la prevención del ictus:
El patrón de dieta mediterránea consiste en el consumo abundante de alimentos como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva como fuente principal de grasa, cantidades moderadas/altas de pescado, reducción del consumo de carne roja y de bebidas azucaradas. En una revisión actual sobre la dieta mediterránea y la prevención del ictus, incluyendo nueve revisiones sistemáticas y seis revisiones con metaanálisis, se concluye que una alta adherencia a la dieta mediterránea se asocia inversamente con el riesgo de ictus. En España, cabe destacar el ensayo clínico aleatorizado PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea), que incluyó 7.447 participantes con alto riesgo vascular; los sujetos que recibieron dieta mediterránea suplementada con nueces, aceite de oliva (o ambos) presentaron un riesgo significativamente menor de eventos vasculares (muerte vascular, evento coronario y/o ictus) que los sujetos control, los cuales recibieron una dieta baja en grasas, tras cinco años de seguimiento. En un estudio de casos y controles desarrollado en Barcelona, incluyendo 300 pacientes con ictus isquémico y 300 controles sanos, se detectaron diferencias significativas en los patrones alimentarios entre los pacientes que habían sufrido un ictus y los controles sanos. En concreto, la dieta de los pacientes con ictus contenía más proteínas, más colesterol, más alimentos empanados y menos probióticos.
La actuación sobre los hábitos de vida constituye una piedra angular en la prevención primaria y secundaria del ictus. La abstinencia o cese del hábito tabáquico, el cese del consumo excesivo de alcohol, evitar la exposición a estrés crónico, evitar el sobrepeso o la obesidad, seguir una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva y frutos secos, así como la práctica regular de actividad física son medidas fundamentales para reducir el riesgo de sufrir un ictus. Además, se aconseja desarrollar políticas encaminadas a disminuir la contaminación atmosférica.
Fuente: Science Direct