El nuevo estudio, publicado en la revista Nature Cell Biology, pone de relieve los efectos inducidos por las grasas monoinsaturadas a nivel celular, una interacción directa observada por primera vez. Los investigadores se centraron en analizar el papel del ácido oleico, el ácido graso monoinsaturado más común en la naturaleza, especialmente presente en el aceite de oliva (50-80%) y los frutos secos.

El equipo investigador de la Universidad de Stanford probó los efectos del ácido oleico en Caenorhabditis elegans, un nematodo de un milímetro de longitud que vive en el suelo y se alimenta de bacterias presentes en material vegetal en descomposición. Este espécimen se utiliza mucho como modelo de laboratorio en la investigación sobre la biología del envejecimiento.

Los efectos del ácido oleico se compararon con los del ácido elaídico, un ácido graso monoinsaturado trans que se encuentra en la margarina y los productos lácteos. Los expertos descubrieron que los gusanos alimentados con bacterias ricas en ácido oleico mostraban un notable aumento de dos orgánulos celulares clave: las gotitas lipídicas y los peroxisomas. La longevidad de estos gusanos aumentó un 35%, mientras que los alimentados con ácido elaídico no vieron mejorada su esperanza de vida.

Se cree que el número de gotitas lipídicas es un indicador preciso de la duración de la vida del animal. Estas últimas son depósitos de grasa esenciales para el metabolismo energético de las células. “El número de gotitas de lípidos en gusanos individuales da una indicación de la vida útil que le queda al animal”, explica Katharina Papsdorf, coautora del estudio. Confirmando esta hipótesis, los gusanos modificados genéticamente para no producir gotitas de lípidos vieron cómo su longevidad volvía a un nivel normal (es decir, al anterior a la introducción de una dieta rica en ácido oleico).

Los experimentos también demostraron que el número de gotitas lipídicas y peroxisomas disminuye con la edad y puede variar de un individuo a otro. Entre los gusanos jóvenes alimentados con una dieta estándar (es decir, sin ácido oleico adicional), los que tenían un número elevado de gotitas lipídicas vivían más que los que tenían menos gotitas, a pesar de tener una edad similar. Este efecto fue aún más notable en los nematodos de más edad, que vivieron de media un 33% más debido a la abundancia de gotitas lipídicas.

El aumento del número de peroxisomas en el tejido intestinal de los gusanos a los que se administró ácido oleico se asoció específicamente con un efecto antioxidante. Estos orgánulos segregan enzimas implicadas en la oxidación de lípidos a nivel celular. La nueva investigación sugiere que las gotas lipídicas y los peroxisomas están corregulados por una vía bioquímica influida por la presencia de ácidos grasos monoinsaturados.

Aunque la abundancia de grasa en los tejidos suele asociarse a ciertas enfermedades como la obesidad, paradójicamente, la investigación sugiere que puede existir una estrategia basada en la grasa para promover la buena salud y la longevidad. El siguiente paso del estudio será trasladar el experimento a humanos y observar los efectos de la dieta mediterránea en su metabolismo celular.

Fuente: Trust My Science