Las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania se están sintiendo a lo largo y ancho. Aparte del considerable sufrimiento humano infligido por el conflicto, los precios de los productos básicos, incluido el aceite de girasol, han aumentado considerablemente.

El aceite de girasol se usa ampliamente en la fabricación de alimentos y en el sector de la restauración y la hostelería como aceite para freír.

Desde que comenzó la guerra, se han retenido en Ucrania más de 200.000 toneladas de aceite de girasol. Dado que se espera que las existencias actuales duren unas pocas semanas, los precios del aceite de girasol han aumentado un 64 por ciento.

Los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos indican que el aceite de girasol representa el nueve por ciento del consumo mundial de aceite comestible. Ucrania y Rusia son responsables del 80 por ciento de las exportaciones mundiales de aceite de girasol.

Sin embargo, la escasez de aceite de girasol ha dado una oportunidad para que el aceite de oliva español llene el vacío.

“Me gusta decir que tenemos un as bajo la manga”, dijo a Reuters Primitivo Fernández, presidente de la asociación nacional de industriales envasadores y refinadores de aceites comestible. “En España el consumo de aceite envasado está garantizado porque tenemos suficiente aceite de oliva”.

El grupo industrial estima que España dispondrá de 1.5 millones de toneladas de aceite de oliva y 250,000 toneladas de aceite de orujo de oliva para compensar el déficit de las importaciones de aceite de girasol.

Luis Planas, el Ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, afirmó que el aceite de oliva ya se vende como un aceite de cocina alternativo.

“He comprobado personalmente en el supermercado que algunos aceites de oliva son etiquetado como aceite para freír — una demostración práctica de que puede y debe usarse para eso”, dijo.

Juan Vieites ha añadido que la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescado y Marisco de España, de la que es secretario general, también ha recurrido al aceite de oliva en sustitución del aceite de girasol.

Sin embargo, advirtió que los precios subirían ya que el aceite de oliva es más caro que el aceite de girasol y puede dar un sabor más fuerte a los productos enlatados.

Rubén Moreno, secretario general de la Asociación Española de Confitería, también puso en duda la eficacia de sustituir el aceite de girasol por aceite de oliva para reposteria, pero lo hará siempre que sea posible.

Alejandro Aguilar, un chef de Ronda, una pequeña ciudad en la cima de una montaña en el corazón de Andalucía, la mayor región productora de aceite de oliva del mundo, resumió mejor la situación. 

“El plan es freír con aceite de oliva, no hay otra opción, no me gusta ningún otro aceite”.

Alejandro Aguilar

Fuente: Olive Oli Times